viernes, 26 de agosto de 2011

Windy Wellington

Llegamos en el ferry a Wellington a eso de las 6 de la tarde. Sin mapa de la ciudad y sin la mas pálida idea de a donde teníamos que ir. Solo teníamos la dirección de una casa que ofrecía un cuarto para alquilar.

Mudarse a una nueva ciudad implica dos búsquedas:
a - cuarto en una casa compartida (acá se dice Flatmate wanted!)
b - trabajo, de lo que sea…. (ya pasare a contar)

Aclaro que no los numero porque el 1 y 2 da a entender que primero se hace una cosa y segundo la otra. Bueno no. Nosotras preferimos buscar trabajo y casa al mismo tiempo, y lo que aparezca primero bienvenido sea.

Vimos ese cuarto el primer día, una casa de tres kiwis, fanáticos del rugby, tanto que en vez de un living tenían una tribuna con planes a colocar una mega pantalla estilo cine para ver los partidos del mundial. Los chicos simpáticos y nosotras también, hasta que nos preguntaron la edad y bueno… contestar 27 pero con un espíritu joven no les pareció muy copado y no nos eligieron.

Segundo día, ya instaladas en un maldito backpacker compartiendo cuarto con otras 4 personas (yendo y viniendo: una pareja de gallegos que estaban totalmente desesperanzados de que sus búsquedas resultaran positivas, un italiano rarísimo, tres ingleses que se tomaron hasta el agua de las masetas…) fuimos a ver dos cuartos mas con una gorda simpática que nos hizo un city tour por la ciudad en auto. Los cuartos feísimos y olorosos, la ciudad divina! Muy alternativa, grande pero fácil para conocer, entre medio de montanas y pegada al mar. Muy ventosa, diría que es el lugar mas ventoso que conocí hasta ahora, no en el viaje… en mi vida. WINDY WELLINGTON.




Este mismo día tuvimos la primer entrevista. Con el lema “trabajo DE LO QUE SEA” fuimos a una entrevista para ser seguridad en el estadio Westpac. Básicamente nos enseñaron a revisar bolsos al estilo todo lo que se hace en argentina acá no se hace. Ahora queda la posibilidad para que nos llamen cada tanto para dar una mano en los partidos del mundial, asíque veremos si nos ven por la tele vestidas de seguridad.

Tercer día, recorrimos la ciudad dejando curriculums en bares y empresas de empleos temporarios, llenamos muchos formularios. También vimos dos casas más. Una nos encanto! Cuatro kiwis, uno lo mandaron a trabajar a Auckland y puso su cuarto… mega cuarto… en alquiler. Todos habían viajado a argentina así que tiraban una que otra palabra en castellano. Uno abogado, otro administrador, otro ingeniero y el que faltaba modelo!!! Una pena no lo pudimos conocer.  Por supuesto que si nos hubiesen elegido ya estaríamos ahí instaladas viviendo, pero parece que se mudo un amigo, así que mas allá de que fuimos las preferidas no se nos pudo dar. Pero nuestro tel lo tienen y ya andan preguntando si estamos para ir a tomar algo algun dia.

Siguiente casa en Newtown, a unos 10 minutos caminando de la city. Casa de prácticamente todos estudiantes de medicina. Seis cuartos. Una buena cocina y buena gente!!! Nuestro futuro hogar. Nos eligieron y hoy sabado ya estamos mudadas, le pusimos nuestros toques personales al cuarto y estamos como en casa. Búsqueda A – solucionada.




Mientras seguimos buscando trabajo aprovechamos para conocer de a poco la ciudad, recorrimos el museo Te Papa, jugamos buenos partidos de canasta, estuvimos con Miky Toribio comiendo y viendolo tocar arreglos en su banda kiwi y soñamos con un futuro en Asia.








martes, 23 de agosto de 2011

Road Trip por la West Coast

Queenstown no nos quería dejar ir. Tormenta de nieve para retenernos. Tres días más nos tuvimos que quedar, tres días varadas, encerradas. Ni siquiera es que hicimos la joda loca de despedida, pero nos despedimos con estilo, comidas, DVD, todo puertas para adentro. La nieve logro lo imposible, llevar a Angie a una librería y que se compre un libro y lo lea!!! La caminata al town en medio de la nieve fue peligrosa pero la superamos sin ninguna caída, osea papelón.


Y después de chequear setenta veces que las rutas estaban en condiciones (al auto no le da mucho), cargamos toda nuestra vida al auto y partimos. El auto llevaba nuestra vida no solo a nosotras si no a todo lo que nosotras poseemos que no es mucho pero hoy en día es todo lo que tenemos.

Jueves a la mañana salimos con un sol como nunca. Ya las dos felices de irnos y felices de hacer road trip de nuevo. Amamos manejar, y manejar e ir decidiendo rutas en el camino…”se hace camino al andar.” La primera parada fue en Franz Josef Glacier. Pueblo mínimo con el glaciar ahí al toque. Angie nunca vio un glaciar y yo solo vi a través de un barco, asi que experiencia nueva el hecho de ir caminando y estar muy cerca. La caminata eterna pero divina, el glaciar lindo. Concluimos que el Perito Moreno le rompe el culo al Francisco José.



A la tarde encaramos ruta de nuevo, curva, contra curva, re contra curva, hacer 100 Km. te pueden llevar 3 horas. Puentes de una sola mano, velocidades máximas de 15, que en realidad tomas la curva a 10 cuando al costado tenes el abismo. Me hizo acordar al jueguito del auto Daytona, buenísimo! Los paisajes variaban cada 5 minutos, de repente montaña nevada, después parecía la jungla de Tarzán o los paisajes del Rey León.



Ese día terminamos en Pounakaki (o algo asi) que es donde están las Pancakes Rocks (mucho pancake no parecían, pero estaba copado). Lo mas lindo de este lugar fue al hostel que nos quedamos. Cabañas en medio de la jungla impresionantes. Daba para quedarse a vivir unos días. A la vez mucho bichito, tanto que algunos eligieron como destino el cuerpo de Angie, si si Sarita no te lo contó para que no te preocupes, pero esta perfecta, un poco picadita con ronchita, pero ya paso, ya esta bien. Según Angie este es su segundo cumpleaños que tiene que ponerse manga larga.



Ya al otro día encaramos nuevamente la ruta, parada en Nelson a comer algo y agarramos una ruta que va por los Melbrought Sounds, son como fiordos o muchos fiordos juntos. No se explicarlo. También para hacer 29km tardamos 1 hora y media pero valió la pena. Y llegamos a Picton.


Nuestro amigo kiwi, George, que conocimos dos días antes de venirnos, nos presto una casa de vacaciones de la familia, ahí en Picton. Impresionante. Primero el hecho que nos la preste, estaremos eternamente agradecidas con el y su familia por la generosidad y confianza en nosotras. La casa divina, no podíamos creer estar ahí. Casa en medio de la montaña con playita privada. Fueron dos días de spa, de tranquilidad total: cartas, lectura, charlas, películas, sentarnos a apreciar la vista y pasar el tiempo disfrutando el hecho de no hacer nada. De lujo.
Y después de estos dos días de irrealidad total, de nuevo a la realidad, objetivo llegar a Wellington, y para hacerlo nos tomamos el ferry que conecta isla sur con la norte. Ferry onda buquebus pero mas grande aun, con nosotras viajaban miles de ovejas apiladas en volquetes de distintos camiones. Con Angie al principio decíamos que onda hay olor a zoológico, bosta, o que? No entendíamos, y salimos y vimos a las pobres ovejas apiñadas entre si. Claro, es un ferry que conecta al país, llevan de todo.





Acá estamos ahora ya en Wellington. Muy loco. Una ciudad. Hace meses que no veíamos más de un semáforo y ni hablar de tráfico, edificios y gente, mucha gente. Las dos medias como abrumadas estamos en este momento, pero nuevamente adaptándonos a vivir en una ciudad, eso que ni se le asemeja a Buenos Aires en cantidad de población ni magnitud. Pero bueno dejare Wellington y nuestras andanzas citadinas para la próxima entrada….

domingo, 14 de agosto de 2011

Lindo día para hacer un asado!

Hace unos años había una propaganda de Hepatalgina donde aparecían varios hombres, barrigones, en distintas situaciones climáticas y gritaban… Lindo día para hacer un asado! Lo cómico era que de fondo se veía un día tremendamente feo! Lluvia, tormenta, caían so… de punta (como diría una gran amiga! Jajaja). Lo que veo por la ventana podría ser un gran escenario para la propaganda.

Me levante desvelada a las 8 am. Se suponía que hoy era el día que cargábamos el auto, y arrancábamos temprano con el road trip hacia Wellington. El pronostico ya venia anunciando una buena nevada…. pero a esto más que buena se le llama la nevada más grande en décadas.





Cuando nieva de esta manera todo se descompagina, asíque nadie va a poder venir a ver nuestro cuarto para alquilarlo y nosotras no vamos a poder salir de ahí por unos días. Quizás hasta aprovechamos y si en algún momento sale el sol volvemos a subir a la montaña a esquiar en algodón…. “O en el paraíso”(explicación de lo que siente Pachi al esquiar en buenísima nieve).

Miro por la ventana y pasan pocos autos, todos con cadenas haciendo un ruido, a velocidades bien lentas. La vereda ya ni se distingue de la calle. Los valientes que salen a trabajar o al town se los ve caminando todos emponchados, varios con antiparras porque probablemente es la única manera de ver algo. Es impresionante, nunca vi un paisaje igual.

Hace unos días conocimos a una australiana en un bar. Parecía una Barbie toda reproducida, bien maquillada, pero simpática! Se nos sentó al lado y se nos puso a charlar. Cada cosa que comentaba la acompañaba con un gesto de “presiono las manos contra el pecho” como queriendo intensificar las emociones. Y en esa nos cuenta que subió a la montaña y conoció la nieve por primera vez, y que lloro! Creo que puede causar lágrimas…. Hoy no quiero llorar, pero no puedo dejar de mirar por la ventana con un poco de emoción… Queenstown definitivamente quiere que nos quedemos!



domingo, 7 de agosto de 2011

Papa y Nico en Sydney & Queenstown

Acá vuelvo a mi vida normal después de 14 días de intenso turismo. Más allá de la obvia razón de mi viaje a Sydney que fue la visita de papa a Clari, la razón oculta era presenciar la cara de Clarita cuando veía la sorpresa que le tenía papa. Nada más ni nada menos que Nico, nuestro primo. Fue espectacular verla a Clari cuando de repente en la multitud que congrega un aeropuerto diviso la cara del Potro (así le decimos nosotras, para el obvio un quemo), el grito que pego no se dan una idea, papa se reía, yo lloraba emocionada mientras que filmaba el momento, y Nico creo que quería que la tierra se lo tragara del papelón que estaba haciendo Clari.


Sydney como siempre espectacular. Esta vez me toco ser la guía turística, los lleve a los lugares ya visitados, y conocimos otros, como las Blue Mountains, Newtown, y North Sydney. Al ir con papa por supuesto que teníamos que ir a algún museo, así que fuimos al Museo de los Convictos, nada mas porque no hay, ciudad joven = poca historia. Subimos a dos torres con bares que giran 360 grados con una vista impresionante de toda la city. Fuimos a ver Romantic Rhapsody por la orquesta Sinfónica de Sydney en el Opera House. Con Clari nos tentamos los primeros 5 minutos. Las Querejetas tenemos problemas de risa en todo evento que prohíba hablar, toser, o emitir sonido alguno, sumado a lo sacado que era este director de orquesta en particular que hacia unas caras y unos gestos corporales dignos de unas carcajadas. Por suerte paso rápido ya que el sueño venció a Clari. Muy bueno. Dato: si sos estudiante o menor de 30 te dan un considerable descuento en las entradas.





Después de paseos, charlas y risas, se vino la despedida con Clari, lagrimas de por medio le dijimos hasta luego a Sydney, y nos tomamos avión a Queenstown. Que lindo volver a casa, y encontrarme con Angus, encontré a mi amiga agitada laboralmente pero sumamente copada con su experiencia de haber vivido sola unos días, creo que salio mas que conmigo, evidentemente tiro abajo al dúo, con el frío que hace soy la mas vaga para salir.

Apenas aterrizado el avión, papa y el potro vieron montaña y nieve y ya querían ir a esquiar. A la mañana siguiente ya estábamos en Coronet Peak, chico si se compara con Bariloche, pero lindo. Fuimos con nuestro auto, subió la montaña como nadie, no se puede creer lo bien que anda. Al otro día nuevamente a esquiar, esta vez a The Remarks y con la compañía de Angie, que gozaba de su primer día off de dos. Angeles “mentirosa” Yvorra subía advirtiendo que era chotisima esquiando, claramente no lo es, nos sorprendió a todos con su calidad e intrépida actitud enfrentando las pistas. La pasamos espectacular, y para terminar ese día fuimos a comer a un lugar muy bueno, a tomar unas cervezas y jugar al pool en Harrys, y para cerrar lo llevamos al potro a Buffalo que era el día de wet T-shirt competition. Buen cuento para sus amigos.





Día siguiente, día de valientes: Bungy Jumping. Angie y el Potro se animaron y saltaron al vacío, nervios previos, Nico que saltaba tipo precalentando, Angie que se reía y le salían cataratas de aguas de las manos. Papa que en un momento pensó en hacerlo, yo por mis adentros rogando que no, dado que si se tiraba el sentía que yo tenia que hacerlo, “como mi viejo lo va a hacer y yo no… y que no lo haga, todo tiene un limite…de edad.” Por suerte reculo y se quedo de espectador fascinado ante la valentía ajena. Nico fue el primero, colgado patas para abajo se aplaudía, genial, Angie colgada gritaba Carajoooo!
Los dos terminaron copados con sonrisas gigantes.



Otro día, el ante ultimo y la ultima aventura: Shotover Jet, una lancha rápida que va por un río haciendo filos contra las rocas…lo que grite! Buena aventura, altamente recomendable. Y llego la ultima comida, y al día siguiente la despedida. Abrazos y por supuesto: mis infaltables lagrimas. Que tristeza me dan las despedidas, por suerte es solo un momento. Después pienso en lo que estamos viviendo y lo que nos queda por delante y es tan tan bueno que la tristeza se disipa rápidamente. Pienso que que bueno que estuvo, que bueno que hayan venido y haber compartido estos días y mi vida acá. Que hayan conocido nuestro town, nuestra casa, nuestro auto fumador (papa indignado, pero le tuve que recordar que es NUESTRO auto y que las reglas son las que nosotras ponemos). En definitiva nuestra vida temporaria en Queenstown.



Este fue un viaje familiar dentro de mi viaje. Otro viaje inolvidable. Inolvidable tambien se me hace pensar que algunos agentes aduaneros australianos se deben estar fumando mis Marlboros que mi padre y Nicolás siendo tan políticamente correctos declararon.. a quien se le ocurre declarar eso?? Mas alla de esto, GRACIAS por la visita, por los momentos vividos.