martes, 23 de agosto de 2011

Road Trip por la West Coast

Queenstown no nos quería dejar ir. Tormenta de nieve para retenernos. Tres días más nos tuvimos que quedar, tres días varadas, encerradas. Ni siquiera es que hicimos la joda loca de despedida, pero nos despedimos con estilo, comidas, DVD, todo puertas para adentro. La nieve logro lo imposible, llevar a Angie a una librería y que se compre un libro y lo lea!!! La caminata al town en medio de la nieve fue peligrosa pero la superamos sin ninguna caída, osea papelón.


Y después de chequear setenta veces que las rutas estaban en condiciones (al auto no le da mucho), cargamos toda nuestra vida al auto y partimos. El auto llevaba nuestra vida no solo a nosotras si no a todo lo que nosotras poseemos que no es mucho pero hoy en día es todo lo que tenemos.

Jueves a la mañana salimos con un sol como nunca. Ya las dos felices de irnos y felices de hacer road trip de nuevo. Amamos manejar, y manejar e ir decidiendo rutas en el camino…”se hace camino al andar.” La primera parada fue en Franz Josef Glacier. Pueblo mínimo con el glaciar ahí al toque. Angie nunca vio un glaciar y yo solo vi a través de un barco, asi que experiencia nueva el hecho de ir caminando y estar muy cerca. La caminata eterna pero divina, el glaciar lindo. Concluimos que el Perito Moreno le rompe el culo al Francisco José.



A la tarde encaramos ruta de nuevo, curva, contra curva, re contra curva, hacer 100 Km. te pueden llevar 3 horas. Puentes de una sola mano, velocidades máximas de 15, que en realidad tomas la curva a 10 cuando al costado tenes el abismo. Me hizo acordar al jueguito del auto Daytona, buenísimo! Los paisajes variaban cada 5 minutos, de repente montaña nevada, después parecía la jungla de Tarzán o los paisajes del Rey León.



Ese día terminamos en Pounakaki (o algo asi) que es donde están las Pancakes Rocks (mucho pancake no parecían, pero estaba copado). Lo mas lindo de este lugar fue al hostel que nos quedamos. Cabañas en medio de la jungla impresionantes. Daba para quedarse a vivir unos días. A la vez mucho bichito, tanto que algunos eligieron como destino el cuerpo de Angie, si si Sarita no te lo contó para que no te preocupes, pero esta perfecta, un poco picadita con ronchita, pero ya paso, ya esta bien. Según Angie este es su segundo cumpleaños que tiene que ponerse manga larga.



Ya al otro día encaramos nuevamente la ruta, parada en Nelson a comer algo y agarramos una ruta que va por los Melbrought Sounds, son como fiordos o muchos fiordos juntos. No se explicarlo. También para hacer 29km tardamos 1 hora y media pero valió la pena. Y llegamos a Picton.


Nuestro amigo kiwi, George, que conocimos dos días antes de venirnos, nos presto una casa de vacaciones de la familia, ahí en Picton. Impresionante. Primero el hecho que nos la preste, estaremos eternamente agradecidas con el y su familia por la generosidad y confianza en nosotras. La casa divina, no podíamos creer estar ahí. Casa en medio de la montaña con playita privada. Fueron dos días de spa, de tranquilidad total: cartas, lectura, charlas, películas, sentarnos a apreciar la vista y pasar el tiempo disfrutando el hecho de no hacer nada. De lujo.
Y después de estos dos días de irrealidad total, de nuevo a la realidad, objetivo llegar a Wellington, y para hacerlo nos tomamos el ferry que conecta isla sur con la norte. Ferry onda buquebus pero mas grande aun, con nosotras viajaban miles de ovejas apiladas en volquetes de distintos camiones. Con Angie al principio decíamos que onda hay olor a zoológico, bosta, o que? No entendíamos, y salimos y vimos a las pobres ovejas apiñadas entre si. Claro, es un ferry que conecta al país, llevan de todo.





Acá estamos ahora ya en Wellington. Muy loco. Una ciudad. Hace meses que no veíamos más de un semáforo y ni hablar de tráfico, edificios y gente, mucha gente. Las dos medias como abrumadas estamos en este momento, pero nuevamente adaptándonos a vivir en una ciudad, eso que ni se le asemeja a Buenos Aires en cantidad de población ni magnitud. Pero bueno dejare Wellington y nuestras andanzas citadinas para la próxima entrada….

1 comentario:

  1. CHICAS NO DIGAN QUE TODO LO QUE TIENEN EN EL MUNDO, ESTÁ EN ESE <UTO, TODOS NOSOTROS, PARIENTES Y AMIGOS LOS ESTAMOS ACOMPAÑANDO, AHÍ SENTADITOS EN EL ASIENTO DEL AUTO. POR FAVOR PACHI, CUIDADO CON EL AUTO EN ESOS CAMINOS QUE NO CONOCEN , NO SE OLVIDEN QUE NOSOTROS ESTAMOS ADENTTRO DE ESE AUTO.
    LAS QUIERO MUCHO EL ABUELO AGUSTIN

    ResponderEliminar