Sin ofender a los de Viven, uso el titulo de su libro porque lo que vivimos hace unos días me hacia pensar en cada uno de los sobrevivientes y sus meses larguísimos que vivieron en la cordillera.
Llegamos al parque nacional Tongariro (que tiene doble Heritage… nose bien que es pero suena importante) con la idea de cruzar el volcán. En realidad es un conjunto de tres volcanes y se cruza de un lado al otro el que es mas bajo, 1900 m de altura, logrando ver los cráteres, que es el agujero donde sale la lava, de los tres volcanes.
Nuestra sociedad estaba conformada por el clásico trío: Pachi, Micky y Angie. A las 7.30 am estábamos en la recepción del hotel reservando el Tour que te lleva hasta la base del volcán y te busca después de muchas horas por la base del mismo volcán del otro lado (a 20 Km .). Sino si vas en auto cuando terminas el crossing tenes que volverte a pata al hotel o al auto que quedo lejísimos y las patas ya no existen mas! Asíque bien pagado el Tour, leímos el papelito de las cosas que no debíamos dejar de llevar y teníamos mas de la mitad.
Comida – si
Agua – si
Ropa adecuada para los cambios climáticos bruscos – si
Maquina de fotos – si
Protección solar – no…. Y como me arrepiento, se me cae la cara del quemado de primer grado que me pegue.
Calzado adecuado – mmmm, Miky llevaba puestas unas alpargatas de vagabundo. Claro que cuando con Pachi le decíamos que se iba a morir caminando con esas no nos daba bola. Pero el conductor no lo dejo subir a la combi, asíque tuvo que tomar de prestado unas trekking que le daban un look tremendo de guarda bosques!
Estado físico – paso! No había tiempo de mejorar, así que salteamos el punto y decidimos que estábamos óptimas para subir.
Arrancando a las 8.30 am, con un día increíble, empezamos paso a paso avanzando hacia la cima del volcán. Paisajes increíbles que cambiaban por segundo como el clima. Desiertos de nieve, rocas volcánicas, selva, cataratas, lagos de agua turquesa y los tres avanzando a paso de tortuga pero avanzando al fin.
Hicimos varios recreos, mas que nada para aclimatarnos a la altura, jajaja!!!! Y a la taticardia que nos daba la subida. Por momentos el pensamiento de abandonar aparecía, nadie lo comentaba, para no bajonear al resto… y la voz de el kiwi que nos lo recomendó me resonaba en la cabeza una y otra vez: “It’s easy. You’ll be fine”. Fine estuve cuando vi el que ya no subíamos mas y todo lo que quedaba era bajada. Pero uff los gemelos nos quedaron a la miseria.
Hoy miro las fotos y me emociona haber logrado el “easy” Tongariro Crossing y saber que lo que vi es más lindo de lo que pudo captar la cámara.
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