Melbourne

No fue fácil dejar la comodidad de Perth, así que al llegar a Melbourne nos dirigimos a un hostel (no da el budget para un hotel) pero esta vez nada de compartir cuarto. Tenemos un cuarto divino para nosotras solitas, así no se nos hace tan difícil bajar de categoría.  Lo que no tuvimos en cuenta es que el hostel queda arriba de un boliche y la primer noche que no salimos fue una tortura dormirnos, nos vibraba la cama por culpa de la banda que tocaba justo debajo, por suerte nos tentábamos de la situación y finalmente nos dormimos.

Nos estamos quedando en un barrio que se llama St Kilda’s, alejado de la city, pero conocido por sus bares y restaurantes. Melbourne esta lleno de cafés y bares, todos muy lindos con muchísima onda como la gente de esta ciudad. Todos  y todo es cancherisimo. Nosotras intentamos jaja…

Fuimos también al Queen Victoria Market que es un mercado gigante que podes conseguir lo que quieras, terminamos mareadas de tanta cosa, nos abruman los mercados de ese estilo, terminamos sentadas con café y pucho. La tragedia del momento es que me quede sin puchos. Acá una caja de cigarrillos cuesta 15 dólares, así que tuve que comprar tabaco y armarlos, no entienden lo chota que soy, esto de rolear no es mi fuerte, pero por suerte Angie es muy buena y los arma para mí. Igualmente, no veo la hora de llegar a Sydney que tengo más puchitos, y para ver a Clarita, obvio.

Tema transporte de Melbourne, hay mucho tranvía, cada viaje cuesta como 2 AUD, y realmente son necesarios porque la ciudad es bastante grande. Nos habían comentado que no hay mucho control, así que hicimos nuestra primer argentinada y no pagamos, Se podrán imaginar que cada tranvía que tomamos lo sufrimos. Cada parada nos aterraba que se suban los que controlan, pero zafamos, no nos agarraron. Perdón papa me debes estar odiando, pero no te das una idea lo carísimo que es Australia. Inclusive para los ingleses que tienen pounds les resulta caro, y no pagan tranvía, no somos las únicas.

Recorrimos mucho, caminamos montón de barrios, nos metimos en todo negocio que había pero la búsqueda de oportunidades sigue siendo un fracaso. Nos hicimos habitues de un barcito tan lindo, fuimos por un café y canasta, y terminamos con cerveza y canasta, y de vecinos unos australianos, un padre con un hijo y su amigo, de nuestra edad, 24. Terminamos yendo a otro bar y después a bailar, con padre incluido que era el más rockero de todos, personaje que tampoco olvidaremos. Es gracioso que acá como que la gente te re habla, y terminas saliendo con esas personas que estaban en la mesa de al lado. Nos copa, y esto es lo que te pasa viajando, situaciones distintas e insólitas que en Argentina uno no las vive.

Hoy es nuestra última noche en Melbourne. A la mañana arrancamos un nuevo road trip por la costa sur de Australia. Se llama la Great Ocean Road y parece que hay unos paisajes alucinantes. Es un viaje corto, solo dos días y el martes volvemos para agarrar el vuelo a Sydney. Podríamos habernos quedado estos dos días acá pero Melbourne no nos desvelo tanto como pensamos. Quizás veníamos con “sobre” expectativas…